MÁS Y MÁS CUENTOS
Garbancito está triste; su papá se ha ido de viaje y su mamá está muy ocupada trabajando como para jugar con él o leerle un cuento antes de dormir, pero no es llegar y quedarse dormido sin un cuento o un beso cariñoso al menos. "¡Mamá!... (Quiero) que me digas que me quieres…", lanza el niño antes de que su madre vuelva a sus labores. Y es justo allí, en esa petición, que la madre se da cuenta de que que por culpa de otra preocupaciones ha dejado de lado a Garbancito. "Claro que te quiero, cariño. Te quiero un montón", regala la mamá y para que al pequeño le quede claro decide decírselo de un montón de maneras diferentes: como pato, con eco, en un murmullo, con la nariz tapada ("te quiedo muzo muzo)") y con el gran abrazo que se lo dice siempre, hasta que el pequeño se queda dormido. Las ilustraciones de este tierno cuento muestran a una mamá muy grande, como si fuese un oso lleno de cariño, y a un niño muy pequeñito, probablemente ilustrando el modo en que los niños pequeños ven a sus madres. Este es un cuento ideal para leerlo en voz alta o un cuentacuentos y reírse con los niños de las mil maneras en que esta imaginativa madre representa su amor por su pequeño e inventar otro montón de maneras de decir te quiero.
El cuento contempla una estructura clásica en infantil. Una joven granjera, en sus quehaceres cotidianos y, tras pisar una terrible araña, recibe una cornada de una vaca, pero la culpa no era de ella sino del burro que le dio una coz, a éste el cerdo le había dado un cabezazo y... así pasamos por diferentes animales de la granja, pero no queda ahí la cosa. El texto muestra y plantea el concepto de culpabilidad, cómo se busca siempre en lo ajeno, en el otro, y somos incapaces de asumir nuestros errores o nuestras culpas.
Diego está horrorizado ante el plato de espinacas que tiene delante. Pero un conjuro de su padre le ayudará a comérselas. con letra caligráfica para los que comienzan a leer.
Gracias a una gran idea del ratón Pérez, ¡las mujeres y los hombres de todo el mundo podemos seguir sonriendo!Un magnífico álbum espectacular mente ilustrado que, de la forma más divertida, explica la verdadera historia del mejor amigo de los niños que acaban de perder un diente.
Botones, velcros, cordones y broches, son algunas de las herramientas que este libro nos ofrece para que nuestro pequeño vaya practicando sus habilidades manuales en torno a la vestimenta. Una forma divertida y muy amena de ir enseñándoles a utilizar sus manos, con cuidado y cierta precisión, y que les va a ser muy útil cuando empiecen sus días en la escuela.
Iyoké es un niño africano con muchos amigos: animales de la selva, un tamarindo, un hechicero. Conoce a Iyoké y acompáñalo en sus peripecias. Dos libros animados para que el niño juegue y se sorprenda con el personaje detrás de las solapas o en las páginas desplegables.
Edu ya no quiere llevar pañales. Mamá le acerca el orinal y le dice: «A partir de ahora puedes hacer pipí en el orinal». Ahora puede llevar calzoncillos. ¡Ya es mayor! Pero de repente nota que sus calzoncillos están calientes y mojados
Un libro para ayudar a los niños a usar el orinal. A partir de 24 meses.
El tren de los monstruos" es otro ejemplar de la colección "Cuentos para leer a oscuras". Todos los personajes que suelen aparecer el día de Halloween viajan en un tren muy especial. Con la luz encendida, podemos leer una adivinanza, y al apagarla, de manera mágica, aparece la respuesta. Los simpáticos monstruos se ilumina...
Cuento para leer a oscuras.Buscando el hogar de las hadas, iréis encontrando muchos otros personajes fantásticos.Este cuento, dirigido a los lectores más pequeños, presenta una característica muy especial: se puede leer a oscuras.
Un libro con solapas mágicas que puedes abrir de dos maneras: con una disfrutarás, ¡mmm...! Con la otra..., ¡asco sentirás! ¡Puaj!.
Este cuento ayuda al niño a que piense sobre las cosas sencillas que le gustan de si mismo. Y que las pueda valorar a través del mensaje que da el cuento. "Hay muchas cosas que me gustan de mí: mis dedos, mis pies, mi sonrisa... "
Dime, abuelo, ¿dónde está la abuela?
Bueno, hijo, verás... Unos dicen que está bajo tierra, con los gusanos
y las lombrices... ¡Ya ves! Con el miedo que le daban a ella los bichos...
Otros piensan que está allí arriba. Volando entre las nubes...
¡Cos sus ochenta y cinco kilos! ¡Jo! ¡Jo! ¡Jo!
Pero, yo sé... ¡que no está tan lejos!